Dos a Vallejo.
- ialextremo11
- 27 ene 2018
- 2 Min. de lectura
César Vallejo invita a una cena
César Vallejo Invita a sus amigos a una cena. Se pide ser puntual, traer pan y no usar collares de granizo. Hay suficiente frío en la alacena.
La voz anuncia que empieza a caer en París un aguacero. No le importe venir: Los pronósticos del tiempo No son los de la muerte.
Al fondo está el salón Donde el tiempo raído del invierno, O quizás los imprevistos, dejan ver Tan sólo una pareja de silenciosos Comensales: el poeta y su sombra. Viste mejor la sombra que el poeta, No se le ven los pliegues que han dejado en el traje de su amigo, París, los húmeros mal puestos, la lluvia, El remoto viaje de Trujillo hasta Lima.
César Vallejo Invita a sus amigos a una cena. Se pide ser puntual, traer vino Y no olvidar en casa su nómina de huesos. Hay suficiente espacio, suficiente espacio en su silencio. La voz se hace más meliflua en la radio, La voz que invita a los amantes a cubrir De otra piel su desnudez.
Al otro lado de la noche César Vallejo dibuja en los restos del café, En su oscuro sedimento, Al diluido hermano de juegos Que tiene en el fondo del pocillo los rasgos de la muerte.
Es otro juego al que regresa con su hermano Miguel: La muerte, como los niños, escamotea cuerpos Cuando juega al escondite. Por algún recodo de la noche, Vallejo busca a su hermano En salones y zaguanes de otro mundo.
Ya no se oye la voz de la cantante Y hay quien dice que la muerte toca el sol, toca la quena.
César Vallejo Invita a sus amigos a una cena.
Se pide ser puntual, Traer también al desconocido y su señora.
Juan Manuel Roca
Abril 15 de 1938
En las Galias, Confabulado con el tiempo Agoniza César Vallejo. Su alma bruja baila la danza india Alrededor de su cigarrillo encendido, Para que la lluvia lo acompañe En su hora final. La hoguera ha dado resultado. Sus pronósticos empiezan a encasillar Letra a letra, “Me moriré en París con aguacero”.
Carlos Héctor Trejos Reyes
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